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Empiece con Usted

  • Writer: Macarena Chavez
    Macarena Chavez
  • Jan 8, 2018
  • 3 min read

Updated: Nov 28, 2018


Indiscutiblemente, cada vez que leo un libro de John C. Maxwell, cambia mi perspectiva de vida. Sin embargo, me doy cuenta que existen una infinidad de actitudes, personalidad y estilo de vida que van paralelos a la vida que Maxwell intenta plasmar en sus escritos.

Cuando niña aunque carecía de riqueza, no recuerdo nunca haberme sentido pobre, yo era rica en mis pensamientos. Aun recuerdo que cuando regresaba de la escuela y terminaba mi tarea, me recostaba en un “catre” en el pasillo de mi casa pobre en mi colonia pobre, escuchaba música mientras escribía, no recuerdo qué exactamente escribía, pero en mi mente yo estaba en mi casa millonaria, en mi diván, un buen libro y una vista al mar. Yo no sufría la pobreza, yo tenía abundancia. Por obvias razones no contábamos con coche en la casa así que viajaba en transporte colectivo, incluso llegué a escuchar el comentario que me sentía “la reyna de las peseras”, es curioso saber que los choferes de los camiones veían en mí el sentimiento de millonaria. Es hasta hoy que entiendo la razón por la cual tenía esos sueños, como plasma John C. Maxwell, yo “Reconocía mi valor”, no importaba que no tuviera el dinero, yo sabía lo que valía, yo sabía que no iba a ser mi estatus de por vida. Reconocer lo que valemos es infinitamente importante ya que es el punto de partida. La vida nos llegará a tumbar, maltratar, ensuciar, sin embargo debemos recordar siempre que seguimos como aquel billete de $50 dlls que fue arrojado al piso, maltratado, pisoteado, arrugado, pero aun así sigue valiendo $50 dólares. No importan las vicisitudes de la vida, nuestro valor seguirá siendo el mismo.

Cada ser tiene diferentes aptitudes, habilidades así mismo ciertas debilidades o áreas de oportunidad, aprendamos a aceptarlas y vivir con ellas, quizá soñamos con ser más altos, o con ojos de color, si no fue así no valemos menos, ya que lo más importante no es las habilidades o aptitudes con las que nacemos, sino nuestro esfuerzo por incrementarlas, incrementemos nuestro valor resolviendo tantos problemas como nos sea posible, no permitamos que los pequeños problemas o “detallitos” que la vida nos brinda nos frenen o llenen nuestra mente de basura, así como sucede con los elefantes que son encadenados a una pequeña estaca y aunque físicamente son capaces de romperla, su mente está condicionada y limitada porque fueron entrenados para ello. Rompamos estas cadenas.

Pero lo más importante, creamos fervientemente en nuestro valor hasta el punto de depender de él. Por azares del destino tres días antes de leer “25 maneras de ganarse a la gente” vi un video de la recapitulación de la vida de Sylvester Stallone y el origen de la saga de Rocky donde se mencionaba que Stallone luchaba por tener éxito como actor y supo que tocó fondo cuando tuvo que vender a su perro para sobrevivir, varios días más tarde después de ver una pelea entre Mohamed Ali y Chuck Wepner regresó a casa y escribió por 3 días seguidos un script para una película, recibió una oferta de $125,000 dólares que rechazó ya que el pretendía ser el actor, tocó puertas hasta que lo consiguió. Debido a que la película fue inspirada en Wepner, paralelamente le ofrecieron al boxeador dos opciones 70,000 dólares o el 1% de ganancias netas de la película. Deseando tener un pago garantizado, Wepner optó por los $70,000; una decisión que le costó finalmente $8’000,000. Y actualmente vive en Bayonne y trabaja como vendedor en una licoreria.

¿Qué fue lo que realmente marcó la diferencia entre Wepner y Stallone? Desde mi punto de vista, fue quién de ellos creyó con fervor en su valor.


Lo que usted es, es el valor más grande que posee. Mientras reconozca este valor, lo acepte, lo aumente y crea en él con absoluta convicción triunfará y tendrá abundancia en esta vida.


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